NAIZ

Una clase al aire libre, la protesta de un centro de Bilbo que solo tiene una azotea como patio

Familias de la escuela Mujika del Casco Viejo de Bilbo han escenificado este martes una clase al aire libre, en la calle para reclamar a Lakua que autorice al centro el acceso regular de los niños a espacios libres y abiertos, tal y como recoge el protocolo de seguridad y prevención contra el covid en los centros educativos y ante la imposibilidad de cumplir con esas medidas por las características reducidas de su edificio.

Protesta de los alumnos de Mujika reclamando aire libre. (Marisol RAMÍREZ/FOKU)
Protesta de los alumnos de Mujika reclamando aire libre. (Marisol RAMÍREZ/FOKU)

Madres, padres, docentes y niños se han repartido a lo largo de la calle Santa María, donde se encuentra el centro escolar, para mostrar la realidad que deben afrontar desde su vuelta a las aulas los alrededor de 215 niños repartidos en 10 aulas, una por nivel, entre dos años y sexto de Primaria, debido a los protocolos establecidos por el covid.

La representante de la asociación de padres y madres (AMPA) de Mujika Eskola, Ines Egino, ha pedido que se permita el acceso regular a espacios libres de los niños, tal y como el Gobierno dicta el protocolo de seguridad y de medidas de prevención, «que estipula que es imprescindible el acceso a espacios libres y abiertos donde los niños puedan estar, por motivos tanto educativos como de ocio». 

Egino ha denunciado que Mujika «es una escuela urbana, pequeña, que no tiene patio al aire libre, donde solo se dispone en la azotea de un espacio al que los niños pueden salir y que, de siempre, ha sido insuficiente y en la actual situación muchísimo más».

En ese sentido ha añadido que en esa azotea «no se pueden mantener distancias de seguridad en un momento de expansión dentro de un espacio tan reducido, por lo que reclamamos que se permita de manera inmediata la posibilidad de acudir a otros espacios públicos».

La portavoz de la AMPA ha remarcado que el edificio del centro cuenta con una planta sobre rasante y unas escaleras muy estrechas, con cinco pisos de altura, donde «los grupos no se deberían cruzar, por lo que organizar la logística de accesos y salidas, arriba y abajo de las plantas o al comedor, resulta realmente imposible».

Implantar la jornada intensiva

Egino también ha solicitado que se autorice al centro a «implementar la jornada intensiva para todos los niños para reducir así la presión sobre el espacio del comedor, también reducido y en el que tampoco caben los niños, si hay que atender a las distancias de seguridad estipuladas, porque en el actual comedor no pueden mantener las distancias de seguridad entre los grupos burbuja y para que los niños puedan comer de manera segura».

Tras añadir que «en las gelas actuales, el ratio es superior al autorizado por el propio Gobierno Vasco y en Educación son conocedores de ello, porque se les ha transmitido, hoy es el día que tampoco están respondiendo a esta demanda».

Finalmente, la representante de los padres ha pedido «cierta flexibilidad con las medidas establecidas para que éstas se adapten a la realidad de cada escuela y no perdamos de vista el fin tratando de obligar a cumplir con los medios».

«Los protocolos son unos, pero los fines tienen que primar por encima de las medidas que se tomen, es decir, tiene que haber flexibilidad porque aunque compartimos demandas comunes a otras escuelas urbanas, cada una tiene sus propias circunstancias».