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Un concierto futurista acerca Marte al Guggenheim

Un concierto de música experimental y futurista ha acercado aspectos inéditos de Marte al Guggenheim con motivo del vigésimo aniversario de la apertura del museo.

«Chasmata», título de uno de los espectáculos para el 20 aniversario del museo.
«Chasmata», título de uno de los espectáculos para el 20 aniversario del museo.

Durante el concierto, bautizado «Chasmata» en honor de una depresión profunda y alargada de Marte del mismo nombre, los espectadores que lo han podido seguir en directo, han dado «un paseo» por una de las regiones más estudiadas del también llamado «planeta rojo», el Valle Marineris, gracias a la colaboración de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

Esta institución ha proporcionado las fotografías que de dicho valle ha tomado la sonda europea de la ESA Mars Express que orbita el planeta desde 2003 y aún sigue en activo mandando sus datos a la tierra.

Además, los participantes en el concierto, en el que una orquesta de 120 saxofones ha interpretado seis piezas de música instrumental de corte futurista y experimental compuesta para la ocasión por Ángel Arranz y José López-Montes, con la colaboración de Iñigo Ibaibarriga, Casper Schipper y Alba G. Corral, han asistido al mensaje de felicitación, en inglés, grabado desde la Estación Espacial Internacional por el astronauta italiano Paolo Nespoli.

El evento científico-musical ha contado con un maestro de ceremonias de excepción como ha sido el astronauta Pedro Duque (Madrid, 1963), actual responsable de proyectos espaciales de la ESA, que ha viajado dos veces al espacio y que ha sido el encargado de introducir el mensaje de su compañero Paolo Nespoli.

En su mensaje de felicitación desde el módulo Columbus de la EEI, Nespoli ha mantenido que para él es «un privilegio estar aquí, en la Estación Espacial Internacional, en órbita alrededor de la Tierra, en microgravedad, para explorar, en beneficio de toda la humanidad, aspectos desconocidos de la materia».

Nespoli, que ha tenido el detalle de felicitar en euskera al Museo Guggenheim Bilbao con un sonoro zorionak, ha explicado que entre las tareas que lleva a cabo en la Estación están también las de «realizar diferentes clases de experimentos para que las ciencias sigan avanzando, descubrir los secretos del cuerpo humano y los del Sistema Solar, y prepararnos para continuar explorando el universo».

Nespoli ha reconocido que «en esta noche tan especial, me hubiera encantado estar con ustedes en el Atrio del Museo Guggenheim Bilbao» y ha elogiado la arquitectura ideada para el mismo por Frank O. Gehry.

«Tengo aquí una foto del edificio en el que se encuentran. Me asombra su diseño increíble, y su extraordinaria fusión de arquitectura e ingeniería. Y su interior es aún mejor, con su impresionante colección de obras de arte», ha remarcado.

«Si pudiera, me teletransportaría ahora mismo ahí abajo para estar con ustedes y disfrutar de esta velada tan especial llena de música, arte, ciencia, tecnología y celebración», ha apuntado por último.

Durante la ejecución de las piezas, y con el atrio del museo completamente a oscuras con tenues iluminaciones ocasionales, se ha proyectado sobre las paredes del espectacular vestíbulo concebido para el Museo por su arquitecto, Frank O. Gehry, imágenes artísticas inspiradas en los paisajes marcianos del citado valle y, también, del propio planeta.

Para conseguir esas imágenes, se ha contado con el trabajo conjunto de ingenieros y astrofísicos de la ESA, así como de grupos de investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), España; Imperial College y la Universidad de Leicester, Reino Unido, que han facilitado datos de la atmósfera de Marte y de su ionosfera.

Los encargados de interpretar las seis composiciones de «Chasmata» han sido las agrupaciones profesionales Sigma Project Quartet y Het Nederlands Saxofoon Octet, Chasmata Orchestra, ensemble de 100 saxofones y 50 alumnos de los conservatorios de Música del País Vasco, todos ellos vestidos de blanco y bajo la dirección musical de las maestras Matilda Hofman y Maite Aurrekoetxea y con Íñigo Ibaibarriaga como saxofonista solista.

El público asistente al concierto también ha tenido ocasión de aportar su grano de arena al novedoso evento músico-científico ya que, durante la penúltima de sus piezas, la bautizada con el nombre de «Calling Higgs», contribuyó a su realce con el uso de sus teléfonos móviles.

A una señal acústica, los espectadores encendieron sus móviles en los que una aplicación diseñada al efecto iluminó sus pantallas de diferentes colores (azul, rosa, naranja, violeta, verde, etc) que en conjunto conformaron un universo simbólico.