El montaje ha sido calificado por su director, Jordi Milán, como «muy divertido y teatral» y en él la compañía catalana aborda el mundo de los entierros, los lutos y funerales mediante una fórmula que distancia al espectador de cualquier recuerdo personal relacionado con el tema.

La obra cuenta la «parafernalia» que se crea a partir de la defunción de un personaje público muy conocido, y la preparación de su funeral, donde, a través de su familia y amigos, se conocen las distintas caras del personaje.

Milán ha recordado que hace cinco años que La Cubana no visitaba Bilbo, donde la compañía ha recalado con sus diferentes espectáculos desde mediados de los años ochenta, salvo con ‘Gente Bien’, su anterior proyecto, un musical que, por «cuestiones técnicas», no pudo representarse fuera de Barcelona.

‘Adiós Arturo’ recalará este sábado en la capital vizcaina tras su estreno en València y su paso por Iruñea, Torrelavega y Gasteiz. Detrás de su argumento está un tema que siempre trata La Cubana, «el teatro que hacemos en nuestra vida cotidiana y que pasa inadvertido», ha resaltado el director.

Si en su anterior visita a Bilbo con ‘Campanadas de Boda’ hablaron de las bodas, en esta ocasión se refieren a otro «rito», el del funeral, «aunque es un funeral muy alegre», según ha destacado Milán.

Loro

La trama parte de la muerte a los 101 años de edad de un polifacético artista famoso internacionalmente, Arturo Cirera Mompou, nacido en Bilbo en 1917, ciudad donde su padre de origen catalán ejercía de médico de cabecera. El público irá conociendo el verdadero guión de la vida de este escritor, pintor, escultor, coleccionista de arte, poeta, compositor musical, dramaturgo, actor y director bilbaíno.

A través de su familia, amigos y allegados que estuvieron a su lado se podrán conocer las luces y las sombras del personaje y de su «inseparable» compañero ‘Ernesto’, el loro con quien ha convivido los últimos cuarenta años y que se convierte en la «cabeza del duelo».

‘Adiós Arturo’ es, a juicio de la compañía, «un canto a la vida y de cómo hay que hacer para vivirla intensamente, dejando en evidencia todas las convenciones sociales y las tonterías que nos dificultan el poder hacerlo».

Arturo planea para su funeral una «fiesta» o «bilbainada», lo que da pie a un espectáculo en el que La Cubana juega con la «música, el color, la sorpresa y la participación del público».

Milán ha concluido asegurando que ‘Adiós Arturo’ no sigue la estructural habitual de planteamiento, nudo y desenlace, sino que arranca con el nudo, continúa con el desenlace y luego va al planteamiento. A pesar de ello, se trata de un espectáculo «muy teatral», en sus palabras.