Agustín GOIKOETXEA

Suenan las cacerolas en Zorrotza contra las emisiones y malos olores que genera Sader

El ruido de las cacerolas a roto el silencio que imperaba hoy en el barrio bilbaino de Zorrotza. Vecinos y vecinas, especialmente los que residen más cerca de Sader, han salido a balcones y ventanas a golpearlas para denunciar que esa industria que trata residuos industriales no puede continuar junto a sus viviendas. Además del mal olor, preocupan las emisiones que suelen provocar picor de garganta y problemas respiratorios.

Planta de Sader, en Zorrotza.
Planta de Sader, en Zorrotza.

En este segundo domingo de confinamiento por la alerta sanitaria decretada por el coronavirus, la monotonía la ha roto al mediodía el sonido de la cacerolada convocada por la Coordinadora de Grupos de Zorrotza para denunciar los malos olores que provoca la planta de la empresa Sociedad Anónima de Descontaminación y Eliminación de Residuos (Sader).

El vecindario defiende que una industria de estas características no debería estar en pleno centro urbano en 2020. Es más, se ha incumplido la promesa de que la planta de Sader se iba a trasladar a terrenos del puerto exterior, en Zierbena, para el segundo semestre de 2018.

La protesta ha sido seguida con mayor o menor intensidad dependiendo de la zona de Zorrotza. El estruendo ha sido mayor en las calles más próximas a la fábrica, donde se soportan los olores más fuertes. «No conocemos la afección real a nuestra salud y a la de los txikis», advierten.

Afecciones a la salud

El desconocimiento de la naturaleza de las emisiones, al margen del olor pestilente, preocupa. Las y los vecinos se quedan de picor de garganta y problemas respiratorios los días que más emisiones hay.

Se preguntan por qué los responsables del Consistorio bilbaino y Ejecutivo de Lakua siguen permitiendo que Sader continúe su actividad cuando es notorio las afecciones que genera. Tampoco pasan por alto que esta planta, junto a la Ría, genera un tránsito de camiones «insoportable» por el centro del barrio.

Además, los colectivos de Zorrotza defienden que el traslado de Sader «supondría poder continuar con la generación definitiva de la zona de Barinaga, en La Landa, convirtiéndola en un nuevo espacio de ocio y esparcimiento para todo el vecindario».