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Fallece un ertzaina de un infarto en una noche con graves incidentes

Incencio Alonso García, de 51 años y de Ermua, agente de la Ertzaintza, falleció de un infarto en el hospital de Basurto, tras ser trasladado en ambulancia en estado muy grave desde las inmediaciones de San Mamés, después de haberse sentido indispuesto mientras participaba en el operativo policial previsto para evitar altercados entre las aficiones del Athletic y el Spartak de Moscú.

Incidentes en San Mamés antes del partido entre Athletic y Spartak. (Luis JAUREGIALTZO / ARGAZKI PRESS)
Incidentes en San Mamés antes del partido entre Athletic y Spartak. (Luis JAUREGIALTZO / ARGAZKI PRESS)

Los incidentes se produjeron a la llegada de la comitiva de seguidores rusos a San Mamés. Ese fue el momento crítico como se preveía previo al encuentro de anoche. Fue hora y media antes del duelo, el momento en que llovieron objetos –entre ellos bengalas lanzadas desde los ultras visitantes– entre hinchas del Spartak y otros del Athletic, hubo vuelco de contenedores, lo que motivó la intervención de los efectivos de la Ertzaintza, muy numerosos en los aledaños del estadio, totalmente blindado.

Al menos hubo un aficionado foráneo herido en una ceja y también algún agente, además de al menos cinco detenidos. Incencio Alonso García, de 51 años y de Ermua, agente de la Ertzaintza, falleció de un infarto en el hospital de Basurto, tras ser trasladado en ambulancia en estado muy grave desde las inmediaciones de San Mamés.

Cerca de dos centenares de personas que habían respondido al llamamiento de la concentración antifascistas fueron también identificadas por la Policía autonómica y retenidas largo tiempo, como denunció Sare Antifaxistak.

Además de este enfrentamiento, hinchas rusos se habrían dividido en grupos para seguir generando incidentes puntuales en distintas calles. El bar de Piratak Athletic fue atacado, por ejemplo, hasta en tres ocasiones, registrándose dos heridos, según fuentes de este colectivo.

En definitiva, que como se preveía al menos a la hora del duelo, los neonazis rusos acabaron por dejar su huella violenta en Bilbo, con el temor, tras la finalización del partido, de que los altercados se repitieran.