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Un «volcán de dolor y tragedia» en la cantata sobre la caída de Bilbo

El compositor bilbaino Luis de Pablo ha compuesto una cantata definida como «un volcán de dolor, rabia y tragedia» para conmemorar el 80º aniversario de la caída de Bilbo en manos de las tropas franquistas el 19 de junio de 1937.

Desfile de las fuerzas franquistas en Bilbo. (@Teatro–Arriaga)
Desfile de las fuerzas franquistas en Bilbo. (@Teatro–Arriaga)

La obra, una cantata de una hora de duración escrita para orquesta, coro y violonchelo solista se estrenará en una única función mañana en el Teatro Arriaga, interpretada por 200 músicos de la Sinfónica de Bilbo y la Sociedad Coral de Bilbo.

La cantata, que lleva por título ‘La caída de Bilbao’, tendrá como intérprete solista al violonchelista bilbaino Asier Polo y como cantantes a la soprano Miren Urbieta, el tenor Mikeldi Atxalandabaso, la alto Marifé Nogales y el barítono Fernando Latorre.

La obra la dirigirá José Rafael Pasqual-Vilaplana, director de la Banda Municipal de Música de Bilbo. En su opinión, la partitura de Luis De Pablo «resumen de manera poética lo que de bueno podemos sacar de la historia que nos tocó vivir», en referencia a la guerra del 36.

El director de orquesta precisó en la presentación que la obra reúne tres componentes básicos: el arte, la artesanía y estar pensada para el público, y agregó que está pensada para despertar en quien la escuche «una catarsis».

Luis de Pablo, quien a sus 89 años asistió a la presentación de la cantata, expresó su deseo de que la misma guste al público porque «ha sido hecha con amor y debería de ser recibida con amor» y, a su edad, se permitió la licencia de advertir de que le «parecería mal que no gustase».

El compositor bilbaino, con más de 200 obras en su haber y considerado una de las figuras más destacadas de la vanguardia musical europea del siglo XX, reconoció que, mientras componía la obra, sintió «un profundo dolor al recordar cosas que recuerdo perfectamente porque de pequeño vi lo que pasaba».

El alcalde de Bilbo, Juan María Aburto, por su parte, recordó que hace dos años hicieron el encargo de esta cantata al maestro De Pablo con el objetivo de que «permanezca en el recuerdo este suceso tan trágico que vivió la villa y toda Euskadi». «La pieza es también una oda a la esperanza y un no enérgico a todas las guerras y violencias sin sentido», afirmó.