La Ría, eje de la historia de Bilbo

Desde el puerto comercial del medievo hasta el Bilbo de hoy en día, pasando por las industrias siderúrgicas y navales del siglo pasado. El director de Itsasmuseum, Jon Ruigómez, y la doctora en Historia Económica Jaio de la Puerta explicaron la historia económica de Bilbo, con la ría como eje.

Conferencia ‘La ría como reflejo de la actividad industrial’ en el Bizkaia Aretoa de la UPV. (Monika DEL VALLE/FOKU).
Conferencia ‘La ría como reflejo de la actividad industrial’ en el Bizkaia Aretoa de la UPV. (Monika DEL VALLE/FOKU).

Todos tenemos en la memoria aquel Bilbo industrial que durante algo más de un siglo llenó las orillas de la ría de muelles de carga, navieras y fábricas de todo tipo. Una época que acabó trágicamente hace unas décadas con la reconversión industrial y naval. Sin embargo, no es tan conocida aquella época en la que la Villa se hizo fuerte por su puerto comercial allá por el siglo XIV.

Este periplo por la historia de Bilbo, con su ría como gran protagonista, es el que trajeron a la memoria Jon Ruigómez, director de Itsamuseum, y Jaio de la Puerta Rueda, doctora en Historia Económica por la UPV/EHU, en la conferencia titulada ‘La ría como reflejo de la actividad industrial’, que se enmarcaba en los actos previos a Zientzia Astea que organiza la universidad.

«Bilbo fue puerto antes que villa» comenzó diciendo Ruigómez antes de explicar con palabras de Alberto Santana que el Botxo era el lugar navegable más alejado de la costa, y que ello permitía ahorrarse tiempo de transporte. Y es que el puerto de Bilbo, que en aquella época se situaba en la mitad superior de la ría desde el puente de San Anton hasta la curva de Elorrieta, era el gran protagonista de las gentes que comenzaban a vivir en las siete calles.

En el año 1.300 Don Diego López de Haro funda la villa mediante una Carta Puebla, «y es así como Bilbo percibe derechos mercantiles y en unos años se convierte en el puerto principal de la zona en el tráfico de mercancías desde Castilla al mar, quitándole importancia a Bermeo», explicó Ruigómez.

De la Puerta, por su parte, informó a los oyentes de qué tipo de mercancías se movían por la ría desde Bilbo a los principales puertos de Europa y viceversa. En un principio salían sobre todo hierros manufacturados en las ferrerías, lanas castellanas, harinas y productos alimenticios; y entraban bacalao y productos alimenticios a través de Santander. Para final de la Edad Media, entre Normandía y Bilbo también se comerciaba con carne y aceite de ballena, así como vinos, maderas y maquinaria.

«Esta actividad en la ría se va desarrollando con el paso de los años y los márgenes del Nervión se van llenando de grandes almacenes, elementos de carga y depósito, grúas y tinglados adecuados a las necesidades del comercio», indicó De la Puerta.

Puerto industrial

Siguiendo el hilo histórico, y adentrándose en la época del puerto industrial, Ruigómez relató que la actividad portuaria y comercial a través de las rutas marítimas «requería de la implicación de la construcción naval». Y es así como a mediados del siglo XIX, en las orillas de la ría empiezan a destacar diferentes astilleros, como Diques Secos, La Troca, La Salve, Olabeaga...

Esto coincide también con los procesos de industrialización que se van dando en Europa. Según explicó Ruigómez, los empresarios invirtieron los beneficios obtenidos del comercio del hierro en la siderurgia; así aparecen las primeras industrias pesadas. Al mismo tiempo, estas actividades comienzan a demandar otro tipo de industrias auxiliares para poder abastecer a la extracción y el transporte del hierro.

Y es así como entre la curva de Elorrieta y la desembocadura de la ría se asienta el puerto industrial, donde se construyen los cargaderos de mineral y las industrias siderúrgicas, químicas, astilleros... y la zona de Bilbo entra en el siglo XIX como un motor de la actividad económica.

Cambios medioambientales y sociales

«Fue una época frenética que configuró un nuevo paisaje», comentó De la Puerta. Y es que el medio ambiente sufrió todos estos cambios. «Se desviaron ríos; se abrieron agujeros gigantes en las montañas de hierro; se instalaron hornos para calcinar hierro; se tendieron tranvías aéreos para transportar el hierro en vagonetas hasta los cargaderos; se trazó la red ferroviaria más densa de Europa...», explicó la doctora en Historia Económica. La contaminación, tanto del aire como de la ría, se adueñaron del Gran Bilbo, tal y como relata Eskorbuto en su conocida canción ‘Ratas de Bizkaia’.

El brutal desarrollo demográfico, con la llegada de miles de trabajadores de diferentes puntos del Estado español también llenó los alrededores de la ría de viviendas. La insalubridad de los barrios donde vivían las familias obreras y las pésimas condiciones de los trabajadores provocaron también las primeras luchas obreras. «Fue en la cuenca del Nervión donde se fraguó y se llevó a cabo la lucha por alcanzar unas condiciones laborales dignas que, cien años después, comenzamos a perderlas», recordó De la Puerta.

Reconversión industrial y el puerto exterior

Este modelo industrial dura un siglo. El Gran Bilbo se adentra en el último cuarto del siglo XX afrontando un desmantelamiento del aparato industrial, que conlleva un gran desempleo y fuertes conflictos laborales como el de Euskalduna.

«La crisis industrial de los 80 afectó enormemente a la zona. El cierre y modernización de importantes industrias supuso un gran impacto para todo el entorno de la ría y, a la vez, una oportunidad para recuperar suelos de gran valor para el desarrollo urbanístico de la ciudad», señaló la doctora.

En este sentido, el director de Itsasmuseum explicó los cambios que vivió la villa bajo el proyecto Bilbao Ría 2000: El plan de saneamiento; la ampliación del Abra exterior; eliminación de barreras arquitectónicas; las mejoras en la conectividad; la creación del metro; y la apuesta por la cultura, entre otras. Una transformación en la que la ría no ha dejado de ser el eje de la ciudad.

Y así se adentra el Gran Bilbo en el siglo XXI. El actual puerto exterior hace que la actividad en la ría haya disminuido considerablemente. Sin embargo, Ruizgómez quiso destacar la importancia del puerto intermodal. Según indicó, está conectado a 900 puertos de todo el mundo y pasan por él el 50% de las exportaciones y el 70% de la importaciones.