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Analizan cómo afecta el entorno de Deustu, Uribarri y San Francisco a la alimentación

El grupo de investigación Enfermería y Promoción de la Salud de la UPV-EHU ha publicado en la revista 'Appetite' un estudio en el que ha comparado de manera cualitativa la percepción ciudadana del entorno alimentario en tres barrios de Bilbo de diferente nivel socioeconómico como son Deustu, Uribarri y San Francisco.

Leyre Graviña, investigadora principal del grupo. (Zelai R. GARCIA | EHU/UPV)
Leyre Graviña, investigadora principal del grupo. (Zelai R. GARCIA | EHU/UPV)

Nadie duda de la influencia de los entornos de alimentación poco saludables en el comportamiento alimentario de la población. Sin embargo, hasta ahora no se había estudiado las diferencias socioeconómicas de esos entornos y su influencia en la dieta. Es lo que ha hecho el grupo de investigación Enfermería y Promoción de la Salud de la UPV-EHU.

La doctora de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU Leyre Gravina indica que «hemos comparado, por primera vez, de manera cualitativa la percepción del entorno alimentario en tres barrios con diferente contexto socioeconómico –Deusto (nivel socioeconómico alto), Uribarri (medio) y San Francisco (bajo)–, utilizando la metodología de fotovoz. Así, hemos conseguido analizar todo el espectro de Bilbao para poder explicar cómo los barrios pueden afectar a los residentes, especialmente en la alimentación».

En el estudio fotovoz, los participantes (un total de 23 residentes de los citados barrios) «han analizado su entorno más cercano, su barrio, mediante fotografías realizadas por ellos mismos y discutidas en grupos», explica la doctora Gravina, investigadora principal del grupo. Y finalmente, agrupó seis temas emergentes, «mediante los cuales se define o describe el entorno alimentario de Bilbao: los comportamientos alimentarios no saludables, la diversidad cultural, la transformación del comercio, las relaciones sociales, la precariedad y la alimentación saludable».

Aunque en los tres barrios subrayaron que existe una alta calidad de alimentos y de productos frescos, los participantes discutieron las razones de una alimentación poco saludable, caracterizada por un consumo excesivo de alcohol (barrio de nivel alto), de alimentos azucarados (barrio alto y medio) y de comida rápida (barrio medio y bajo).

De esta manera, vieron que, «efectivamente, tanto el entorno como las necesidades de cada barrio eran diferentes, pero detectamos similitudes en todos ellos —añade la investigadora—, como son: la existencia de una alta diversidad y accesibilidad de comida internacional en todos; la permisión existente en nuestra cultura de grandes consumos de alcohol y bebidas azucaradas en las celebraciones; la escasa implicación ciudadana y de las autoridades en la mejora de los barrios; y, por último, el fomento de la alimentación saludable por parte de pequeños comercios y mercados públicos que ofrecen buena calidad de alimentos, contacto cercano y productos frescos».

Disponibilidad de alimentos

Las diferencias encontradas entre los barrios hacen hincapié en la disponibilidad de alimentos, en la diversidad de tiendas de alimentación y en los factores sociales y culturales, como factores determinantes de los comportamientos alimentarios de la población. «Nuestros resultados añaden nueva información para un mejor entendimiento de cómo los entornos urbanos pueden afectar a cómo come la población desde una perspectiva de equidad», afirma.

Gravina remarca que el valor de este proyecto participativo ciudadano es «poder trasladar los resultados de la investigación en propuestas de acción políticas para mejorar el área estudiada y tener la oportunidad de mostrar al resto de la comunidad (inclusive a los responsables políticos) sus necesidades y sus propuestas de mejora. De esta forma, se potencia la creación de políticas más efectivas que nacen desde la ciudadanía para la mejora de su propio entorno, el cual tendrá efecto en su salud».

El grupo de investigación ha trasladado a las autoridades municipales estas acciones de mejora mediante un informe de políticas recomendables. Además, el estudio ha sido plasmado en el fotolibro Proyecto Fotovoz Bilbao, que se puede descargar de la web Mi Barrio Saludable.

Asimismo, Gravina ha informado de la puesta en marcha del proyecto Fotovoz 2. «Le hemos llamado MugiBiL, y analizará los mismos barrios desde la perspectiva de la actividad física. Estamos seguros de que vamos a tocar varios temas como el urbanismo, el transporte, la movilidad, la accesibilidad de los barrios, envejecimiento, las diferencias entre géneros, la limpieza, determinantes sociales, etc. Este nuevo estudio nos va a dar un visión más completa sobre cómo dos factores tan importantes como la alimentación y la actividad física pueden influir en la obesidad de la población, en la salud al fin y al cabo», concluye.